La moneda visigoda

Hispania, provincia del Imperio Romano de Occidente, pasa, entre los siglos V y VIII, por idénticas vicisitudes que el resto de las tierras imperiales. En el siglo V, tribus de origen germánico luchan entre sí, contra las tropas imperiales y con los indígenas, para formar sus propios reinos. En el siglo VI, la Península será escenario de las guerras promovidas por Bizancio para desalojar a los germánicos y reconstruir la unidad del Imperio.
El fracaso de la tentativa de Justiniano significará la desaparición de Hispania como provincia romana y su conversión en un reino independiente, con un nuevo sistema socioeconómico y cultural.
La profunda transformación de la antigua provincia se resume en dos aspectos: La sociedad se transforma en rural y se pasa de la esclavitud a la servidumbre. Todo ello como culminación de un largo proceso iniciado en el siglo III, cuando se puso de manifiesto la incapacidad de Roma para ampliar sus fronteras e introducir nuevos esclavos que garantizaran la mano de obra barata.
La inestabilidad fronteriza del Imperio, más acusada en la parte oriental, obligó a incrementar los contingentes militares en Oriente, y también los recursos subsiguientes, desasistiendo así las necesidades de Occidente. Para mantener las fronteras era preciso aumentar el número de legiones y al no existir aliciente para el alistamiento voluntario, éste se hace de forma obligatoria detrayendo recursos humanos del sistema productivo. Al propio tiempo, y para afrontar los gastos, resulta necesario elevar la presión fiscal que recae, principalmente, sobre un campesinado ya exhausto por la elevada cuantía de los impuestos. Para aliviar la carga impositiva, los campesinos entregaban sus tierras a los ricos terratenientes, quienes estaban exentos de tributos, y las recibían en usufructo a cambio de protección. Se estaban estableciendo las bases del feudalismo.
Como no existía dinero, porque las escasas monedas se dedicaban al pago de las exacciones fiscales, el comercio, ya debilitado por la inseguridad en los caminos, se redujo al mínimo. Los terratenientes abandonaron las ciudades para residir en sus villas de campo y los artesanos dejaron sus talleres ofreciendo a los poderosos sus habilidades a cambio de un salario. Y así, las urbes perdieron su condición de centros de actividades económicas, jurídicas y sociales y los esclavos fueron sustituyéndose por asalariados.
En este contexto, los suevos, vándalos y alanos se adentraron en Hispania, en el año 409 d.C., como avanzadilla de los movimientos migratorios de los pueblos de origen germánico conocidos como godos.
Los visigodos, godos del Oeste, y los ostrogodos, godos del Este, presionados por los hunos, cruzaban la frontera del Danubio, vencían al emperador Valente (395) y saqueaban Roma (410). Los visigodos cruzaban los Alpes al mando de Ataulfo (412).
El foedus (pacto o alianza) de 418 concedió a los visigodos de Walia parte de Aquitania y de la Narbonense, con capital en Tolosa. A cambio de ello servían militarmente a Roma.
Los reyes eran sólo de los visigodos y actuaban como delegados del emperador con los galos e hispano romanos.
Fueron romanizándose progresivamente (Lex Romana Visigothorum de Eurico de 466 a 484) hasta abandonar su lengua.
Empujado por los francos hacia el sur, Teodorico I luchó contra los vándalos béticos. Teodorico II venció a los suevos con lo que se produjo el establecimiento visigodo en la mitad norte de la Península.
El fin del imperio romano de Occidente convirtió a Eurico en rey de visigodos y romanos, lo que señaló el momento máximo del reino de Tolosa. Sin embargo, con Alarico II (484-507), se inició la decadencia a causa de los enfrentamientos con los francos de Clodoveo. El conflicto con los francos obligó a trasladar la capital visigótica a Toledo bajo el reinado de Atanagildo, que había sido alzado sobre el pavés en 551 con el apoyo bizantino, a cambio de ceder la costa sur peninsular. Con la capitalidad toledana quedó consolidado el reino visigodo en la Península.
El contacto con el imperio transformó radicalmente la sociedad visigótica y su economía. Dejaron de ser un pueblo seminómada, en el que todos los hombres eran libres y guerreros en potencia, constituyéndose en una sociedad agrícola que se configuró en castas. Por una parte apareció la aristocracia, que basó su poder en la riqueza obtenida del comercio con Roma. En segundo lugar se colocaron los guerreros profesionales y finalmente los campesinos, quienes quedaron liberados de la obligación de guerrear a cambio de cultivar la tierra.
Los visigodos, muy inferiores en número a la población autóctona, no se expandieron por las tierras conquistadas de manera uniforme, sino que ocuparon territorios estratégicos y de abundante riqueza agrícola. Los hispano romanos acaparaban las actividades artesanales y mercantiles y seguían manteniendo sus curias municipales y su administración tradicional. La división social era nítida, al menos hasta Recesvinto, y los locales no se relacionaban con los invasores más que a efectos tributarios, mientras que los bárbaros, grandes terratenientes, gozaron de elevadas exenciones fiscales.
Los visigodos no alteraron el sistema monetario establecido en el antiguo imperio romano. Al carecer de moneda propia, imitaron el estilo imperial hasta los últimos años del reinado de Leovigildo. Cuando se hizo necesario aumentar la circulación fiduciaria adoptaron un sistema monometalista basado en el oro y ajustado al patrón ponderal de la libra romana.
La moneda nacional fue el tremisis o triente de oro, equivalente a la moneda romana o bizantina del mismo nombre. Su diseño era semejante a los imperiales con apenas algunas pequeñas diferencias, como pueden ser la aparición de la cruz y la sustitución del globo que sostiene Victoria por una corona y una palma en la mayor parte de las emisiones.
No parece que acuñaran moneda de plata y bronce sino que utilizaron la moneda romana encontrada empleándose como divisionaria o como moneda de confianza en el comercio interior.

MONEDAS PREVISIGODAS

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Sólido de Teodorico I
Emitido en Tolosa (418-451) a nombre de Honorio
Anverso: Busto con diadema, paludamento (Manto de púrpura bordado en oro que utilizaban los emperadores y caudillos romanos para ir a la guerra) y armadura. La expresión D N HONORI – VS P F LVC rodea la figura.
Reverso: La leyenda VICTO – L LVCCC / R – V / COMOB en torno a la figura del emperador en uniforme de campaña con el pie izquierdo sobre la ley bárbara, un escudo en la mano derecha y Victoria sosteniendo un globo en la izquierda.

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Triente (425-455)
Moneda atribuida a los Suevos
Anverso: Las letras N IIL UTN IN IN ISN en torno al busto cubierto y diademado de Valentiniano III, emperador de Bizancio.
Reverso: Cruz dentro de corona de laurel. Las letras CN OC en el exergo.

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Sólido visigodo (425-455)
Emitido en Tolosa con el nombre de Valentiniano III
Anverso: Busto cubierto y diademado del emperador sosteniendo una cruz en su mano derecha.
Reverso: Victoria sobre un globo pisando una serpiente con cabeza humana.

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Triente (510-526) emitido en
Narbona durante la minoría de edad de Amalarico bajo la tutela de su abuelo el ostrogodo Teodorico
Anverso: las letras DN IVSTINVS PP LVC rodean el busto cubierto con una diadema del emperador Justino I.
Reverso: Victoria caminando con corona y palma en sus manos rodeada por la leyenda VICTORIL LVCVSTORVI CON.

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Sólido de Agila (549-555) o de Atanagildo (555-567) a nombre de Justiniano I posiblemente acuñado en Barcelona.
Anverso: Busto del emperador con casco, escudo y lanza.
Reverso: Victoria con una cruz y una estrella delante de la figura.

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Triente (575 – 586) emitido en Toledo durante los primeros años del reinado de Leovigildo
Anverso: La leyenda C VRIVIIIWR VC en torno a una cabeza cubierta con diadema.
Reverso: Victoria caminando con corona y palma en sus manos y rodeada por la leyenda VRRT°IILVOIV ONO.

MONEDAS VISIGODAS

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Leovigildo es considerado como el fundador de la monarquía visigoda en Hispania. La organización territorial y su administración siguieron el modelo romano y fue el primero en utilizar corona y cetro como símbolos reales, siguiendo el ejemplo de los emperadores bizantinos. Las antiguas cecas romanas fueron las encargadas de acuñar las nuevas emisiones monetarias.
En las leyendas de las monedas aparece la palabra latina REX, que se traduce por rey, soberano, monarca, etc. y suele ir después del nombre del rey en los trientes visigodos. Esta tradición continuará posteriormente en la época medieval y más adelante en las Casas Reales de los Austrias y de los Borbones. REX sustituye al término AUGVSTVS que utilizaban los romanos, sinónimo de emperador y que por regla general colocaban al final de la leyenda del anverso con su abreviatura AVG.
Leovigildo fue el primer rey visigodo que abandonó la imitación del diseño de la moneda pasando a utilizar sus propios motivos, hecho que se hace más evidente a partir de Recaredo I, quien hace desaparecer del diseño la figura de Victoria.

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Triente de Leovigildo (575-586)
Anverso: la leyenda LLIVVICLDVS DE rodea un busto cubierto con una diadema.
Reverso: Las leyendas S IWC INCLTV a ambos lados de una cruz rodean a Victoria caminando con corona y palma en sus manos. En el exergo la expresión ONO.

Recaredo I recibió en secreto el bautismo cristiano tras acceder al trono a la muerte de Leovigildo. Durante su reinado tuvieron lugar varias conspiraciones arrianas, que fueron sofocadas y sus inspiradores castigados con la exclusión de cualquier cargo público quemándose todos los textos que defendían el arrianismo. El 8 de mayo del 589 se inició el III Concilio de Toledo en el que anatematizó a Arrio y sus doctrinas y condenó a los nobles visigodos que aún profesaban dicha herejía.

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Triente Recaredo I (586-601) emitido en Cesaraugusta (TARRACONENSIS)
Anverso: Una cruz y la leyenda RECCLREPVSRE rodean un busto mirando de frente.
Reverso: Una cruz y las letras CE:LR:C•O:TLV envuelven un busto.

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Triente Recaredo I (586-601) emitido en Toleto (CARTAGINENSIS)
Anverso: Una cruz y la leyenda RECCLREPVSR en torno a un busto mirando de frente.
Reverso: Busto rodeado por una cruz y la expresión TOLETO PIVS.

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Triente Recaredo I emitido en Córdoba (BAETICA)
Anverso: Un busto con tres puntos sobre el hombro izquierdo rodeado por una cruz y la leyenda RECCLREDVS REX.
Reverso: El nombre de la ceca emisora CORDOBL PIVS y una cruz rodean un busto.

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Triente de Recaredo I acuñado Ispali (BAETICA) (Sevilla)
Anverso: Un busto de frente rodeado por una cruz y la leyenda RECCLREPVS RE. Reverso: Un busto de frente rodeado por una cruz y la leyenda ISPLLI PIVS.

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Triente de Liuva II (601-603) emitido en Toleto (Cartaginensis)
Anverso: Busto rodeado por la leyenda DNLIVYL REX y una cruz.
Reverso: Busto rodeado por la leyenda TOLETO PIVS y una cruz.

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Triente de Witerico (603 – 609) emitido en Toleto (CARTAGINENSIS)
Anverso: La leyenda VVITTERICVS REX separada por una cruz en torno a un busto. Reverso: El nombre de la ceca emisora TOLETO PIVS y una cruz rodean un busto.

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Triente de Gundemaro 610-612 emitido en Eliberri (BAETICA) (Atarfe-Granada)
Anverso: Busto rodeado por una cruz y la leyenda CVNDEMLRVS RE.
Reverso: Busto rodeado por una cruz y el nombre de la ceca emisora PIVS ELIBERRI.

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Triente de Sisebuto (612 – 621) emitido en Tarraco (TARRACONENSIS)
Anverso: Busto rodeado por una cruz y el nombre del rey SISEBVTVS REX.
Reverso: Busto rodea por una cruz y el nombre de la ceca TLRRLCO:LIV.

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Triente de Recaredo II (621) emitido en Toleto (CARTAGINENSIS)
Anverso: El nombre del rey, RECLRE YSFE, y una cruz en torno a un busto.
Reverso: El nombre de la ceca emisora, TOLETO PIVSN, y una cruz rodean un busto.

Recaredo II fue rey durante apenas un mes, pero aún así en ese período se acuñaron monedas en las cecas de Emérita, Eliberri, Ispali, y Toleto.

Suintila, uno de los generales de Sisebuto, subió al trono tras la muerte Recaredo II. Organizó la administración de justicia y socorrió a los indigentes ganándose el apelativo de “padre de los pobres” con el que lo denominó San Isidoro.
Expulsó de Hispania definitivamente a los bizantinos en el año 624 y continuó las luchas contra los vascones que volvían a asolar la Tarraconensis.
Asoció al trono a su hijo y a su esposa causando el descontento del duque de Septimania, Sisenando, quien venció al rey en Caesaraugusta obligándole a huir.

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Triente de Suintila (621–631) emitido en Mentesa (BAETICA). (La Guardia–Jaén)
Anverso: SYINTHIL’L RE en torno a un busto.
Reverso: MENTESL PIVS rodeando a un busto.

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Triente de Sisenando (631 – 636) emitido en Gerunda (TARRACONENSIS) (Gerona).
Anverso: El nombre del rey, SISENL:DVS RE en torno a un busto.
Reverso: El nombre de la ceca emisora, GE:RVNP:IVSTLS y una cruz rodean un busto.

La nobleza y el clero proclamaron rey a Chintila, a la muerte de Sisenando, utilizando el mandato del IV concilio de Toldo, que los facultaba para la elección del rey. Su coronación fue confirmada en el V Concilio de Toledo, en el que adoptaron las siguientes medidas:
1º) Sería excomulgado todo pretendiente al trono que no fuera de sangre goda.
2º) El nuevo monarca no debería tolerar el judaísmo en el reino y no permitiría habitar en sus tierras a nadie que no fuera cristiano.
3º) Las donaciones realizadas por el rey a la iglesia serían mantenidas y los cargos públicos podrían ser trasmitidos por herencia.

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Triente de Chintila (636 – 639) acuñado en Córdoba (BAETICA)
Anverso: El nombre del rey, CHINTILL REX, y una cruz en torno a un busto.
Reverso: El nombre de la ceca emisora, CORDOBL PIVS, y una cruz en torno a un busto.

Tulga, sucesor de Chintila, era joven y de carácter débil por lo que la nobleza lo obligó a abdicar. Fue tonsurado y convertido en clérigo, lo que le impedía, según la ley visigoda, aspirar a recuperar el trono.
Pese a la escasa duración de su reinado acuñó moneda en la mayoría de las cecas, Barbi, Baetia, Cesaraugusta, Córdoba, Egitania, Eliberri, Emérita, Laetera, Luco, Narbona, Tarracona y Toleto.

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Triente de Tulga (639 – 642) emitido en Córdoba (BAETICA)
Anverso: El nombre del rey, TULGLN RE, y una cruz en torno a un busto.
Reverso: El nombre de la ceca emisora, CORDOBL PIVS, y una cruz en torno a un busto.

Chindasvinto logró pacificar su reino y restauró la fortaleza de la monarquía visigótica, ya decadente, tomando severas medidas contra los nobles que se habían sublevado contra la realeza en reinados anteriores. Convocó el VII concilio de Toledo en el que se acordó imponer la pena de muerte a los traidores a la patria y al rey. Tuvo tres hijos: Recesvinto, su sucesor en el trono, Teodofredo, padre del último rey don Rodrigo y Favila, padre de don Pelayo, el restaurador de la monarquía cristiana.

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Triente de Chindasvinto (642-649) acuñado en Emérita (LUSITANIA)
Anverso: El nombre del rey, CNSVINOVS P, y una cruz en torno a un busto.
Reverso: El nombre de la ceca emisora, EMIRI T PIVS, y una cruz en torno a un busto.

Recesvinto sometió a los nobles insurgentes y suavizó la carga tributaria que recaía sobre sus súbditos, estableció la unidad legislativa entre godos e hispano romanos permitiendo también el matrimonio entre autóctonos e invasores, hasta entonces prohibido.

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Triente de Recesvinto (653-672) acuñado en Ispalis (BAETICA)
Anverso: El nombre del rey, RECCES V INTYSR, y una cruz en torno a un busto.
Reverso: El nombre de la ceca emisora, ISPLLI PIUS, y una cruz sobre tres peldaños con un punto debajo.

La leyenda nos relata que Wamba era campesino y que un día, cuando estaba labrando sus campos, se le presentaron los nobles pidiéndole que aceptara ser elevado sobre el pavés. Wamba, que ya era de edad avanzada, clavó en la tierra la vara con la que aguijoneaba a los bueyes diciendo “yo seré rey cuando esta vara florezca”. Y al instante comenzaron a nacer brotes en la vara. Wamba, haciendo honor a la palabra dada, aceptó la corona.
La realidad es que Wamba era un noble terrateniente de alta alcurnia y que, aunque al principio rehusó el nombramiento, terminó por aceptarlo y fue coronado rey en Toledo.

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Triente de Wamba (672 – 680) acuñado en Tarraco (TARRACONENSIS)
Anverso: Una cruz y las letras I D N N N VVLHR H R en torno a un busto de perfil. Reverso: Una cruz y el nombre de la ceca, TLRRLCO PIV, rodean a otra cruz sobre tres peldaños.

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Triente de Égica (687 – 702) acuñado en Mentesa (CARTAGINENSIS) (La Guardia – Jaén)
Anverso: Una cruz y las letras, IDNMEGI CLT rodean un busto con una cruz sobre la cabeza.
Reverso: Una cruz y el nombre de la ceca, MENTESL PIVS en torno a una cruz sobre tres peldaños y entre dos puntos
Este diseño infantil del busto sólo se utiliza en los reinados de Ervigio y Égica y en las cecas de Córdoba y Mentesa. El busto es una circunferencia que hace de rostro, dos puntos que representan los ojos y entre ellos una línea recta vertical a modo de nariz. A ambos lados, dos pequeñas semicircunferencias hacen de orejas. En cuanto a la leyenda, las cuatro primeras letras, IDNM, significan IN DEI NOMINE.

Witiza fue muy tolerante con los judíos y estaba en contra de la injerencia de los obispos en los asuntos de gobierno, lo que le granjeó la enemistad del clero. Su reinado estuvo plagado de sublevaciones de los nobles con la anuencia de la Iglesia.

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Triente de Witiza (702 – 710) acuñado en Mentesa (CARTAGINENSIS)
Anverso: Una cruz y el nombre del rey, VITTIZLP, rodean un busto.
Reverso: Una cruz y el nombre de la ceca, MENTESLPIVS, bordean otra cruz sobre tres peldaños.

RODRIGO. Último rey visigodo de España (710-711). Siendo duque de la Bética se apoderó del trono a la muerte de Witiza a pesar de que éste dejaba herederos a sus hijos. Los fieles a Witiza no se resignaron con su derrota y acudieron al bereber Tariq, lugarteniente de Muza, en Tánger para que interviniera militarmente. Luchó contra los vascones y mientras sitiaba la plaza de Pamplona, por traición del conde don Julián, los bereberes invadieron España acompañados por el conde traidor y los partidarios de Witiza. Tariq venció en Gibraltar a las tropas de cobertura mandadas por un sobrino de Rodrigo (711). Acudió Rodrigo contra Tariq librándose una decisiva batalla a orillas del río Guadalete (711) en la que pereció el rey con todo su ejército adueñándose los musulmanes de la Península y terminando el dominio visigodo.

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Triente de don Rodrigo (710-711) acuñado en Toleto (Carthaginensis)
Anverso: Una cruz y la leyenda INNERVDERICVSR rodean la cabeza del monarca que tiene delante un cetro.
Reverso: La leyenda TOLETVSPIVS y una cruz en torno a un estandarte crucífero (que lleva una cruz).

comentarios
  1. jose dice:

    Hola muy buenas:
    Excelente aporte histórico en tema monedas de curso legal en España. Pero resultaría mas aclaratorio traducir las inscripciones acuñadas en las monedas para aclaración de los lectores del momento histórico que las produjo.
    Enhorabuena por la pagina. Deberias modificar la Wikipedia para que el conocimiento sea a nivel mundial.

    • josealbertoj dice:

      Amigo Jose: Gracias por el comentario sobre la moneda en España. Sería curioso conocer el significado de las inscripciones en las monedas visigodas y, si me es posible, investigaré sobre ello. No obstante, cada imagen de las monedas están colocadas en el contexto histórico de su vigencia, por lo que el significado de las leyendas no aportaría nada nuevo sobre el tema.
      No he considerado la posibilidad de publicar el blog a través de la Wikipedia, pero posiblemente lleves razón y la gran audiencia que tiene actualmente aumentaría.
      Gracias por las buenas ideas.
      Un cordial saludo

  2. pacoiranzo dice:

    Estupenda página, muy bien construida y con abundante información. Enhorabuena. ¿Sabes si durante la época del reino visigodo se llegó a acuñar moneda de plata para transacciones es menores?

    • josealbertoj dice:

      Tengo entendido que no se batieron monedas de plata ni de bronce o cobre. El comercio apenas existía y para pequeñas transacciones se utilizaban las monedas hispano romanas que aún circulaban que, en su mayoría, se empleaban para pagar impuestos.
      Gracias por el elogio. Un cordial saludo

  3. Javi dice:

    Hay un acuñamiento del año 583 de Leovigildo como «Valenta Rex», que se oculta a los históricos ojos del reconocimiento histórico de Valencia como reino, criterios interpretativos aparte, sólo hay que cruzar informaciones con textos legislativos, cosa que no se hace. Un saludo

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